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ACCIDENTE CEREBROVASCULAR


ACCIDENTE CEREBROVASCULAR

Ø  CONCEPTO. DEFINICIÓN.

            El Accidente Cerebro Vascular (ACV) o Ictus es una enfermedad vascular que afecta a las arterias del cerebro o que llegan al cerebro. Por diversas causas las células del cerebro quedan sin oxígeno y pierden su función, apareciendo cuadros de parálisis de medio cuerpo, trastornos del habla, etc.

            Los términos accidente cerebrovascular (ACV), infarto cerebral o, menos frecuentemente, apoplejía son utilizados como sinónimos del término ictus. Se caracteriza por un déficit neurológico ocasionado por una disminución importante del flujo sanguíneo cerebral, de forma anormalmente brusca (ictus isquémico) o bien, por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral (ictus hemorrágico).

            Un accidente cerebrovascular o derrame cerebral ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro (accidente cerebrovascular isquémico) o cuando se rompe un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico). La mayoría de los accidentes cerebrovasculares son del tipo isquémico. Las células del cerebro comienzan a morir al faltarles oxígeno. A consecuencia de ello, puede sobrevenir la muerte o una discapacidad permanente. La hipertensión arterial, fumar y el haber tenido un accidente cerebrovascular o un ataque cardiaco aumentan la probabilidad de que una persona tenga un accidente cerebrovascular.


Ø  CLASIFICACIÓN.

            Según su etiología, un ACV tiene dos variantes, isquémicos y hemorrágicos. El cuadro clínico es variado y depende del área encefálica afectada.

Ictus isquémico
            Un accidente cerebrovascular isquémico o accidente cerebrovascular oclusivo, también llamado infarto cerebral, se presenta cuando la estructura pierde la irrigación sanguínea debido a la interrupción súbita e inmediata del flujo sanguíneo, lo que genera la aparición de una zona infartada y es en ese momento en el cual ocurre el verdadero "infarto cerebral" y se debe sólo a la oclusión de alguna de las arterias que irrigan la masa encefálica, ya sea por acumulación de fibrina o de calcio o por alguna anormalidad en los eritrocitos, pero generalmente es por arteroesclerosis o bien por un émbolo (embolia cerebral) que procede de otra localización, fundamentalmente el corazón u otras arterias (como la bifurcación de la carótidas o del arco aórtico). La isquemia de las células cerebrales puede producirse por los siguientes mecanismos y procesos:

1-     De origen vascular o hemodinámico: Estenosis de las arterias (vasoconstricción) reactiva a multitud de procesos ("vasoespasmo cerebral"). Con frecuencia se debe a una disminución del gasto cardíaco o de la tensión arterial grave y mantenida, produciendo una estenosis y su consecuente bajo flujo cerebral.


2-     De origen intravascular:

-         Trombótico o aterotrómbico: Se forma un coágulo en una de las arterias que irrigan el cerebro (trombo), provocando la isquemia. Este fenómeno se ve favorecido por la presencia de placas de aterosclerosis en las arterias cerebrales.

-         Embólico: Consecuencia de un coágulo formado en una vena de otra parte del cuerpo (émbolo) y que, tras desprenderse total o parcialmente, viaja hacia el cerebro a través del torrente sanguíneo, o bien otro material llegado al torrente circulatorio por diferentes motivos: normalmente coágulo formado en el corazón y también fracturas (embolismo graso), tumores (embolismo metastásico), fármacos o incluso una burbuja de aire. Al llegar a las pequeñas arterias cerebrales el émbolo queda encallado cuando su tamaño supera el calibre de las mismas, dando lugar al fenómeno isquémico.

3-     De origen extravascular:

-         Estenosis por fenómenos compresivos sobre la pared vascular: Abcesos, quistes, tumores, etc...


Ictus hemorrágico.
            Se deben a la rotura de un vaso sanguíneo encefálico debido a un pico hipertensivo o a un aneurisma congénito. Pueden clasificarse en: intraparenquimatosos y hemorragia subaracnoidea.

            La hemorragia conduce al ACV por dos mecanismos. Por una parte, priva de riego al área cerebral dependiente de esa arteria, pero por otra parte la sangre extravasada ejerce compresión sobre las estructuras cerebrales, incluidos otros vasos sanguíneos, lo que aumenta el área afectada. Ulteriormente, debido a las diferencias de presión osmótica, el hematoma producido atrae líquido plasmático con lo que aumenta nuevamente el efecto compresivo local. Es por este mecanismo por lo que la valoración de la gravedad y el pronóstico médico de una hemorragia cerebral se demora 24 a 48 horas hasta la total definición del área afectada. Las causas más frecuentes de hemorragia cerebral son la hipertensión arterial y los aneurismas cerebrales.

Ø  CAUSAS.

            Alrededor del 88 % de los accidentes cerebrovasculares son ocasionados por un coágulo sanguíneo o la obstrucción de una arteria que lleva sangre al cerebro. Este tipo de ataque cerebral se denomina «accidente cerebrovascular isquémico». Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares isquémicos: trombosis cerebral y embolia cerebral.

            El 12 % restante es ocasionado por vasos sanguíneos rotos o dañados que derraman sangre en el cerebro o alrededor de él. Este tipo de ataque cerebral se denomina «accidente cerebrovascular hemorrágico». Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares hemorrágicos: cerebral y subaracnoideo. Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos producen más muertes que los isquémicos, pero los pacientes que sobreviven a un accidente cerebrovascular hemorrágico se recuperan mejor y sufren menos discapacidades de larga duración.        

            Los factores de riesgo más importantes para el ACV son la hipertensión, la enfermedad cardiaca, la diabetes y el hábito de fumar. Otros incluyen el gran consumo de alcohol, niveles altos de colesterol en sangre, uso de drogas ilegales y condiciones genéticas o congénitas, particularmente anomalías vasculares.
Recuperación temprana

Ø  CUADRO CLÍNICO. SÍNTOMAS.

            Los síntomas de un accidente cerebrovascular son muy variados en función del área cerebral afectada. Desde síntomas puramente sensoriales a los puramente motores, pasando por los síntomas sensitivomotores. Los más frecuentemente diagnosticados son los siguientes:

-         Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara (hemiparesia/hemiplejía).
-         Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible (Disartria).
-         Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
-         Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
-         Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
-         Además de las manifestaciones físicas, hasta un 50% de las personas que sobreviven a su ataque cerebral sufren depresión durante los primeros años. A pesar de esto, en la mayoría de los casos se omite el diagnóstico, lo que repercute negativamente en el paciente.

            No obstante, numerosos cuadros de ACV de baja intensidad y duración pasan inadvertidos por lo anodino de la sintomatología: parestesias, debilidad de un grupo muscular poco específico (su actividad es suplida por otros grupos musculares), episodios amnésicos breves, pequeña desorientación, etc. Son estos síntomas menores los más frecuentes, teniendo una gran importancia, porque ponen sobreaviso de la patología subyacente de una forma precoz.


Ø  TRATAMIENTO.

Fase inicial o aguda:

-         Debe acudirse lo antes posible a un Hospital, ya que el ahorro de tiempo en comenzar el tratamiento mejora el pronóstico. Contacte rápidamente con su teléfono de Emergencias (112, 911, 061) para que le envíen el recurso asistencial adecuado.
-         Control de la vía aérea, oxigenación y tensión arterial, para asegurar una óptima oxigenación y perfusión de las células cerebrales.
-         Medicamentos que impidan la agregación plaquetaria (ácido acetilsalicílico, ticlopidina, clopidogrel, dipiridamol, triflusal). En algunos paises se usan trombolíticos por vía intravenosa para revertir rápidamente la obstrucción.
-         Si el problema es un embolismo a distancia (desde el corazón), se puede precisar de una anticoagulación permanente.
-         Control de la hipertensión arterial.
-         Control de las complicaciones: convulsiones, edema cerebral, etc
-         Si el cuadro es hemorrágico puede precisar de su evacuación quirúrgica (no en todos los casos).

Fase de seguimiento:

-         En los cuadros de isquemia cerebral por arteriosclerosis de la arteria carotídea se realiza la endarterectomía de la arteria afectada. Esta intervención se realiza a través de una incisión en el cuello, para acceder hasta la arteria carótida, se abre y se realiza una limpieza de las placas de ateroma que hay en su interior. Ver Imagen –
-         En los últimos años se han desarrollado técnicas endovasculares para corregir la estenosis carotídea sin necesidad de cirugía abierta. Son la angioplastia transluminal percutánea y la colocación de stents. La angioplastia es la dilatación de una arteria inflando un balón, a través de un catéter especial insertado por punción percutánea, a través de la arteria femoral. El paciente está despierto y puede regresar a su domicilio en pocos días. El stents es una prótesis metálica, en forma de muelle que se coloca en la zona estrechada y al ejercer presión sobre la pared vascular mantiene la apertura de la luz.
-         Los aneurismas, malformaciones arteriovenosas, etc. que provocan una hemorragia intracerebral, pueden precisar una intervención quirúrgica posterior o una técnica envovascular para su tratamiento definitivo y evitar las recidivas.
-         Medicamentos antiagregantes o anticoagulantes como los mencionados en la fase aguda. Se están investigando nuevos antitrombóticos cuyo mecanismo de acción suma a su acción antiagregante efectos anticoagulantes y fibrinolíticos.
-         Rehabilitación de las funciones afectadas, tanto motoras como de otro orden.
-         Control de hipertensión arterial, hipercolesterolemia, tabaquismo, diabetes, obesidad, etc.

PREVENCIÓN.

-         Lo fundamental es controlar los factores de riesgo asociados; fundamentalmente, son la tensión arterial, el colesterol y la diabetes.
-         Evitar tabaco y alcohol.
-         Llevar una vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas, proteínas y grasas poli-insaturadas (EPA, DPA, DHA), con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y carbohidratos (azúcares y harinas).
-         Seguir las recomendaciones del médico de cabecera, quien tiene acceso a la información pertinente relacionada con la salud de cada individuo.
-         Evitar el sobrepeso.
-         Evitar deportes de contacto o sobreesfuerzos.

CONSECUENCIAS DE UN ACV. REHABILITACIÓN.

            La rehabilitación comienza en el hospital lo antes posible después del ACV. En pacientes estables, la rehabilitación puede comenzar dentro de los dos días posteriores al ACV y debe continuar el tiempo necesario después del alta hospitalaria. Las opciones de rehabilitación pueden incluir la unidad de rehabilitación de un hospital, una unidad de cuidados para subagudos, un hospital de rehabilitación, terapia domiciliaria, atención ambulatoria o cuidados a largo plazo en una institución adecuada.

            El objetivo de la rehabilitación es mejorar la función a fin de que la persona que sobrevive a un ACV pueda ser lo más independiente posible. Esto se debe lograr de una manera que preserve la dignidad mientras se motiva al paciente a volver a aprender las habilidades básicas que afectó el ataque, como comer, vestirse y caminar.

            Aunque el ACV es una enfermedad del cerebro, puede afectar a todo el cuerpo. Algunas de las discapacidades que pueden producirse por un ACV incluyen parálisis, deficiencias cognitivas, problemas de habla, dificultades emocionales, problemas con la vida diaria y dolor.

            El ACV puede causar problemas con el pensamiento, la conciencia, la atención, el aprendizaje, el juicio y la memoria. Un paciente con ACV puede no ser conciente de lo que lo rodea o no estar conciente de las deficiencias mentales que produjo el ACV.

            Las víctimas de accidentes cerebrovasculares tienen a menudo problemas para comprender o emitir el habla. Los problemas de lenguaje habitualmente se producen por el daño en los lóbulos temporal y parietal izquierdos del cerebro.

            Un ACV puede acarrear problemas emocionales. Los pacientes con accidentes cerebrovasculares pueden tener dificultad para controlar sus emociones, o pueden expresar emociones inadecuadas en determinadas situaciones. Una discapacidad común que se produce con muchos pacientes con ACV es la depresión, que es más que una tristeza general resultante del incidente del accidente cerebrovascular.

            Los pacientes con ACV pueden sufrir dolor, entumecimiento incómodo o sensaciones extrañas después del ataque. Estas sensaciones se pueden deber a muchos factores, incluso daños en las regiones sensorias del cerebro, rigidez en las articulaciones o la discapacidad de un miembro.


            De acuerdo con la Asociación Nacional de ACV (National Stroke Association), el costo total de los accidentes cerebrovasculares para los Estados Unidos es de unos 43 mil millones de dólares al año, con costos directos por terapia y atención médica calculados en unos 28 mil millones de dólares al año.
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